Las tarjetas de crédito te permiten comprar ahora y pagar después. Son útiles para hacer compras grandes o pagar imprevistos, pero no se puede olvidar que el dinero debe devolverse en una fecha posterior. En Credilemon te recomendamos las mejores tarjetas de crédito de México:
Contenido en este artículo
Las tarjetas de crédito son un método de pago que permite comprar un producto o servicio ahora y pagarlo en una fecha posterior. Tener tarjeta de crédito ha crecido en popularidad en los últimos años. Según La Jornada, en 2024 los bancos mexicanos reportaron 37 millones de tarjetas de crédito en circulación y que este número creció en más de dos millones en comparación con el 2023. Además, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2024 (ENIF) reportó que 22,6% de los adultos tienen una tarjeta de crédito departamental, y 15,7% tienen otras tarjetas de crédito.
Estas tarjetas tienen una línea de crédito asociada, es decir, un monto máximo que puedes gastar. Una vez recibes la tarjeta, puedes realizar tantas compras como desees, siempre que la suma de todas no supere ese monto. Por ejemplo, si tienes una línea de crédito de $50,000 pesos, podrías hacer primero una compra por $10,000 pesos, luego otra por $25,000 pesos, y una tercera por $15,000 pesos. En cambio, si intentas hacer la tercera compra por $16,000 pesos, la transacción será rechazada porque excede tu límite de crédito.
Una de las partes más importante de las tarjetas de crédito es que tienes que devolver el dinero gastado. El banco está pagando por ti en ese momento, pero tienes la obligación de pagarle al banco en una fecha determinada. Lo más común es que las compras realizadas en un mes se deban pagar alrededor del día 20 del mes siguiente; sin embargo, los plazos y fechas exactos pueden variar según el banco.
Otro aspecto vital es la tasa de interés. Generalmente el banco aplica una tasa de interés sobre el dinero que debas después de la fecha de corte. Es decir, si tu fecha de corte es el día 20 y no pagas, a partir del día 21 comenzarás a acumular intereses y tu deuda crecerá. La mejor forma de evitar los intereses es pagando la deuda en su totalidad en la fecha de pago o antes. Si por algún motivo no puedes hacer el pago completo, igual es recomendable que pagues parcialmente, de forma que lo que debas pagar por intereses sea menor.
Los intereses son la forma principal en la que los bancos ganan dinero con las tarjetas de crédito, pero también hay que hablar de las comisiones. Dependiendo del banco, puede que tengas que pagar una comisión de una sola vez por emitir la tarjeta y luego una comisión anual de mantenimiento. No es tan común, pero puede haber ciertas tarjetas que deban ser utilizadas cada mes o que requieran un gasto mínimo mensual; si no lo cumples, cobran una comisión adicional. Para saber a ciencia cierta las comisiones que cobra una tarjeta, lo mejor es que leas en detalle el contrato que te facilitará el banco.
Las tarjetas de débito y crédito tienen nombres similares, por lo que en ocasiones puede ser confuso. Ambas sirven para pagar, pero tienen una diferencia muy importante: el origen del dinero que se gasta cada vez que pagas.
Las tarjetas de débito se llaman así porque cada vez que las usas, el monto se debita de tu cuenta bancaria. Es decir, se resta del saldo que tienes disponible y se transfiere al comercio en el que realizaste la compra. Si tu cuenta no tiene saldo, entonces la transacción falla y no puedes llevarte el producto o servicio que querías comprar.
Las tarjetas de crédito se llaman así porque en cada uso el monto se debita de una línea de crédito. El banco utiliza su dinero para pagar al comercio por la compra y luego tú debes pagarle al banco. La línea de crédito es independiente de tu cuenta, por lo que no importa si tienes dinero suficiente o no.
En resumen, una tarjeta de débito es un método para utilizar tu propio dinero, mientras que una tarjeta de crédito es una forma de préstamo que tienes que devolver más adelante.
En México existen los siguientes tipos de tarjetas de crédito:
Tarjetas tradicionales: Son las tarjetas más básicas y generalmente son la primera tarjeta que una persona puede contratar con su banco. Tienen requisitos y un límite de crédito moderados, aunque en ocasiones se puede aumentar el límite en situaciones de buen comportamiento crediticio y tiempo como cliente.
Tarjetas para principiantes: Son tarjetas diseñadas para quienes no tienen historial crediticio, o para quienes quieren recuperarlo. Para compensar el riesgo, es común que la tarjeta tenga un límite de crédito menor, o que requieran un depósito inicial como garantía. Varios bancos ofrecen estas tarjetas, pero también hay fintechs que lo hacen.
Tarjetas departamentales: Son el tipo de tarjeta más utilizado, según estadísticas recientes. Se trata de tarjetas emitidas por empresas no bancarias para uso dentro de sus propias instalaciones. Por ejemplo, si eres cliente frecuente de una tienda de moda, puedes adquirir su tarjeta de crédito para comprar en esa tienda en el futuro y pagar después.
Tarjetas recargables: Son tarjetas que no tienen un límite de crédito, sino que funcionan con el dinero que les deposites. Tú elijes cuánto dinero quieres tener en la tarjeta y luego podrás utilizarla para pagar hasta que ese dinero se agote. Algunos bancos podrían tener esta opción, pero son más comunes de neobancos y billeteras digitales. Son una buena opción para limitar tu gasto o para que los hijos aprendan a usar una tarjeta.
Esto es lo que deberías hacer para tener una mejor experiencia usando tu tarjeta de crédito:
Revisa tu línea de crédito con frecuencia. De esta forma, siempre sabrás cuánto debes y cuándo debes pagar. Eso te permitirá organizarte mejor para pagar a tiempo.
Ten presente cuánto puedes pagar en un mes. En la medida de lo posible, trata de no gastar más de eso. A veces no se puede evitar, pero si mantienes el gasto a un nivel que puedas pagar, podrás evitar endeudarte.
Siempre que puedas, paga toda la deuda en la fecha de pago. Esa es la mejor forma de evitar pagar extra por intereses.
Si no puedes pagar completo, paga lo que puedas. Cualquier pago que hagas para reducir la deuda es útil. Trata de pagar algo cada mes.
Y esto es lo que no deberías hacer:
No trates la tarjeta de crédito como dinero extra. Es importante entender que ese dinero tendrás que devolverlo más adelante y que incluso podrías tener que pagar más por intereses.
No utilices la tarjeta como tu método de pago habitual. Es mejor que continúes pagando con tu tarjeta de débito la mayoría de las compras y que solo uses la de crédito si realmente es necesario.
No te acostumbres a usar todo tu límite de crédito. Puede ser tentador porque el dinero parece estar “disponible”, pero mientras más hayas gastado, más intereses tendrás que pagar.
Si te está costando pagar, evita seguir usando la tarjeta. Así dejarás de acumular deuda mientras te pones al día con los pagos.