Un préstamo personal es una cantidad de dinero que recibes de un banco u otra entidad. Puedes utilizarlo como prefieras, pero estás en la obligación de devolverlo en una o más cuotas mensuales, junto con un extra por intereses. En Credilemon te ofrecemos los mejores préstamos personales para que elijas el adecuado para ti.
Un préstamo personal es un producto a través del cual una entidad financiera te otorga cierta cantidad de dinero que puedes utilizar para lo que necesites. A cambio, te comprometes a devolver ese dinero más un porcentaje adicional por intereses. En caso de que no lo devuelvas a tiempo, incurres en penalizaciones y tu historial crediticio se ve afectado.
Los préstamos personales tienen 3 componentes principales: el capital, la tasa de interés y el plazo de pago.
El capital es el dinero que solicitas a la entidad financiera. El monto mínimo y máximo que puedes solicitar depende de la entidad financiera, aunque generalmente se presta de $100 pesos en adelante.
La tasa de interés es un porcentaje que la entidad financiera fija cuando concede el préstamo. El importe adicional que pagas más el monto del préstamo suman el costo total del mismo. El porcentaje específico depende de diversos factores como el riesgo del préstamo y el plazo de pago.
El riesgo puede ser mayor por factores externos como una economía inestable y por factores internos como tu score crediticio. Por ejemplo, si México está pasando por una crisis y es más probable que las personas se queden sin trabajo, prestar dinero va a ser más riesgoso para el banco y fijarán una tasa de interés mayor. Por otro lado, si tienes una puntuación en el Buró de Crédito muy baja, es más probable que caigas en impago, por lo que el banco fijará intereses más altos para compensar.
Cabe destacar que el Banco de México tiene medidas establecidas para tratar de controlar el tipo de interés para que no suba demasiado. Por ello han establecido la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE). Se trata de la tasa que utilizan para prestar dinero a otros bancos de México. Estos otros bancos toman esa tasa de referencia para prestarse dinero entre sí y para préstamos al consumidor.
El plazo de pago es la cantidad de tiempo que tienes para devolver el dinero prestado. Puede ir desde 7 días hasta varios años, dependiendo del monto del préstamo. Generalmente, mientras más largo sea el plazo de pago, más caro te saldrá el préstamo al final.
El tiempo afecta a la tasa de interés porque mientras más largo sea el periodo de pago, más altos serán los intereses para compensar el efecto de la inflación. Como la moneda se devalúa con el tiempo, el banco intenta evitar perder dinero a través de intereses un poco más altos.
Los préstamos personales solicitan una serie de requisitos y documentos con el fin de evitar el fraude y la pérdida de dinero. Al comprobar la identidad de la persona, se aseguran de que realmente sea alguien que existe y que no se pueda desentender de su responsabilidad de pago. Al comprobar que tenga los ingresos suficientes, reducen el riesgo de que la persona no pague.
Por ello, estos son los requisitos más comunes para préstamos personales:
Ser mayor de 18 años, o mayor de 21 años. Algunas entidades pueden tener una edad máxima, también.
Tener una identificación oficial vigente, como el INE o pasaporte.
Tener la Clave Única de Registro de Población (CURP)
Tener un comprobante de domicilio reciente, como un recibo de servicios públicos
Un comprobante de ingresos, como un recibo de nómina, constancia laboral o estado de cuenta
Tener buen puntaje en el Buró de Crédito
Algunos prestamistas podrían exigir más o menos requisitos, pero en líneas generales esos son los más importantes. También suele suceder que mientras mayor sea el monto solicitado, más requisitos te pedirán y más tiempo tomará el tomar la decisión de si prestarte o no. Por ello, los préstamos personales de pequeña cuantía, conocidos como microcréditos, suelen pedir menos requisitos y concederse con mayor rapidez.
El primer paso es decidir para qué necesitas el préstamo y qué cantidad vas a solicitar. Los préstamos son una buena herramienta, pero tienen que utilizarse con responsabilidad. Si el monto que necesitas es uno que puedes ahorrar y lo que quieres hacer puede esperar a que ahorres, entonces esa podría ser una mejor opción. Si no puede esperar o si la cantidad es demasiado alta, entonces un préstamo podría ayudar.
Toma en cuenta cuánto dinero necesitarás y añade una pequeña cantidad adicional para imprevistos. Esta suma será el monto tentativo que solicitarás, pero ten en cuenta que más adelante podrías tener que ajustarlo dependiendo del préstamo que elijas.
En segundo lugar, considera si puedes permitirte devolver esa cantidad de dinero con comodidad. Suma todos tus gastos fijos —alquiler, transporte, comida, servicios— y réstalos a tus ingresos mensuales. La cantidad que sobra es lo que podrías permitirte pagar cada mes. Este número te servirá como referencia para asegurarte de que podrás cubrir las cuotas mensuales del préstamo.
El tercer paso es comenzar a comparar préstamos. Esto puedes hacerlo con la ayuda de Credilemon, solo tienes que rellenar el formulario y nosotros te daremos una lista de ofertas adecuadas para ti. Una vez tengas esas ofertas, lo principal que tienes que mirar es la tasa de interés y las comisiones.
Si el préstamo tiene una comisión de apertura, esta se descontará del monto que solicites, así que podrías tener que pedir un monto más alto para recibir el dinero que necesitas completo. Si los intereses son elevados, el costo total del préstamo será muy alto para ti. Lo ideal es que elijas un préstamo que tenga la comisión y los intereses más bajos posible. La mayoría de préstamos tienen un simulador que te dice cuánto debes pagar al mes aproximadamente. Presta atención a que este monto no supere el número de referencia que calculaste en el paso 2.
Si ya elegiste el préstamo con las mejores condiciones para ti, el último paso es leer toda la información cuidadosamente. Presta especial atención a la letra pequeña y lee cualquier documento precontractual que puedas encontrar. También lee el contrato una vez solicites el préstamo. Puede parecer aburrido, pero es importante que entiendas todas las condiciones para que no te tomen por sorpresa.