Los préstamos rápidos son de montos pequeños y se aprueban en pocos minutos. Suelen ser requisitos mínimos y tener un proceso de aprobación rápido y 100% en línea. En Credilemon puedes encontrar los mejores préstamos rápidos de México.
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Los préstamos rápidos, también llamados microcréditos, son préstamos por cantidades pequeñas de dinero que se suelen conceder rápidamente. Es común que pidan pocos requisitos y que aprueben el préstamo en minutos, por los que puedes tener el dinero en tu cuenta ese mismo día. Este tipo de préstamos son útiles si necesitas dinero rápido para atender alguna emergencia, pero deben ser utilizados con cuidado para evitar sobreendeudarse.
Estas son las principales características de este tipo de préstamos:
Rapidez en la aprobación y entrega del dinero: El proceso de evaluación suele tomar pocos minutos y como máximo algunas horas. El dinero suele estar disponible el mismo día de la solicitud.
Proceso 100% digital: No es necesario acudir a una ubicación física, ya que todo el trámite y evaluación se hace a través de páginas web o aplicaciones móviles seguras.
Montos generalmente bajos: El monto máximo puede variar mucho de una entidad a otra, pero por lo general no suelen superar los $45.000 pesos.
Plazos de devolución cortos: Puedes tener desde unos pocos días hasta un par de meses para devolver el dinero, pero es poco probable que te den más tiempo que eso. El plazo más común es de alrededor de 30 días.
Requisitos accesibles: Suelen solicitar pocos documentos, ya que esto les permite ser más ágiles y aprobar los préstamos con la rapidez que los caracteriza.
Intereses y comisiones más altos: Ya que no hacen una comprobación profunda de cada persona, el riesgo que asumen al prestar es más alto. Para compensar ese riesgo, la tasa de interés y las comisiones suelen ser más elevadas que las de otros préstamos.
Sin necesidad de avales ni garantías: No es necesario tener a una persona que te avale ni entregar un bien como garantía para conceder el préstamo. Prescindir de este tipo de requisitos les permite acelerar el proceso de concesión.
Flexibilidad en el uso del dinero: No suelen pedirte justificar el uso que le vas a dar al dinero, por lo que puedes utilizarlo para lo que necesites sin problemas.
Los préstamos rápidos piden menos requisitos que otros tipos de préstamos, pero todavía hay algunas condiciones que cumplir. Los requisitos más comunes son los siguientes:
Ser mayor de edad. Algunas entidades podrían tener una edad mínima un poco más alta, como 21 años, y varias entidades tienen una edad máxima, como 65 o 70 años.
Tener una identificación vigente. Generalmente piden el INE/IFE o pasaporte como una forma de verificar tu identidad.
Residir en México. Hay entidades que solo le prestan a ciudadaños mexicanos, pero también hay otras que prestan a extranjeros con residencia legal en México. Sin embargo, no es posible solicitar un préstamo si vives fuera del país, aunque sea mexicano o tengas residencia.
Tener una cuenta bancaria a tu nombre, ya que allí es donde depositarán el dinero.
Tener un número de teléfono y una dirección de correo electrónico para poder recibir notificaciones y confirmaciones sobre el préstamo.
Más allá de estos requisitos básicos, algunas entidades financieras podrían solicitar otros como el CURP y comprobantes de domicilio. Además, muchas de las entidades también comprueban el historial crediticio antes de decidir si prestarte o no.
Estos son algunos consejos para que puedas elegir un préstamo rápido que cubra tus necesidades sin arriesgaste a caer en sobreendeudamiento:
Evalúa tu capacidad de pago: Considera cuánto puedes permitirte pagar en un mes sin descuidar tus necesidades básicas. Idealmente el pago mensual del préstamo no debería superar el 30% de tu salario.
Compara condiciones: Presta atención a la tasa de interés y al costo anual total. Idealmente quieres el préstamo con el menor CAT posible, ya que significa que no tendrás que pagar intereses y comisiones tan elevados.
Revisa los plazos y condiciones: Mira bien en qué momento te va a tocar pagar las cuotas y considera si vas a poder cumplir en esa fecha. Además, también presta atención a las comisiones de apertura y posibles penalizaciones por atraso.
Utiliza simuladores: Simuladores como el de Credilemon o el de la CONDUSEF te permiten comprar diversos préstamos y sus condiciones para entender cuál te conviene más.
Verifica la legalidad de la entidad: Antes de pedir el crédito, asegúrate de que la entidad se encuentre inscrita en la CONDUSEF o en PROFECO, ya que eso garantiza que estén autorizadas a operar y que sus actividades sean legítimas.
Evita pagar anticipos: Solicitar dinero por adelantado suele ser una señal de que el préstamo es un fraude, así que trata siempre de ir con una entidad que no te pida pagar nada por adelantado.
Lee reseñas y opiniones: Entender la experiencia que han tenido otras personas te puede ayudar a decidir cuál entidad es más confiable. También te puede preparar para posibles inconvenientes que puedan surgir al tratar con alguna de las entidades.
Entiende completamente el contrato antes de firmarlo: Nunca aceptes un préstamo sin haber leído las condiciones de principio a fin, incluída la letra pequeña. Leer un contrato puede sonar aburrido, pero es importante para detectar posibles clausulas abusivas o fraudulentas.
Contacta a atención al cliente: Esto es útil si tienes dudas sobre las condiciones, pero también podrías hacerlo solo para verificar que tengan un buen servicio al cliente y canales de comunicación claros. De esta forma, sabes que podrás ponerte en contacto con ellos si te surge cualquier problema.