Un préstamo sin nómina te permite acceder a financiación incluso si tus ingresos vienen de otra fuente que no sea una nómina. Es un préstamo perfecto para autónomos y personas con ingresos alternativos. En Credilemon puedes encontrar los mejores préstamos sin nómina y elegir el que más te convenga.
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Los préstamos sin nómina son microcréditos o préstamos rápidos que piden una cantidad mínima de requisitos para ser concedidos. Suelen ser útiles para cualquier persona que no pueda acreditar ingresos mediante una nómina tradicional. Este es el caso de los autónomos, jubilados, desempleados o personas con ingresos alternativos, como alquileres, becas, trabajos esporádicos, etc.
A pesar de no requerir nómina, estos préstamos en muchos casos requieren de acreditar algún tipo de ingreso recurrente, a través de un estado de cuenta, por ejemplo. La necesidad de acreditar ingresos surge porque las entidades financieras necesitan tener algún tipo de garantía de que podrán recuperar el dinero; si prestaran a una persona sin verificar sus ingresos, el riesgo de impago sería demasiado alto.
Los préstamos sin nómina funcionan de forma muy parecida a otros préstamos o microcréditos, pero tienen ciertas características específicas que lo diferencian:
El importe prestado es menor, ya que prestar cantidades grandes de dinero podría ser demasiado riesgoso sin una nómina. El límite superior puede estar alrededor de los 1.000€.
Los intereses tienden a ser más elevados que los de los préstamos con nómina, como una forma de disminuir el riesgo para el prestamista.
El plazo de pago suele ser más corto. Generalmente puede ser de hasta 3 meses, aunque esto puede variar dependiendo del banco o entidad.
Son accesibles para personas inscritas en ASNEF u otras listas de morosidad, siempre que puedan acreditar ingresos.
No es necesario justificar la finalidad para la cual se necesita el dinero.
El proceso de solicitud y el tiempo de espera para recibir el dinero suelen ser muy cortos, de solo minutos en muchos casos.
La principal ventaja de los préstamos sin nómina es la flexibilidad en el acceso. Gracias a estos préstamos, hay personas con ingresos no tradicionales que pueden acceder a financiación con mayor facilidad. Por ejemplo, los autónomos que tienen su propio negocio o personas que están en trabajos temporales.
Otra ventaja es la conveniencia y utilidad en casos urgentes. La rapidez del proceso y la documentación mínima requerida hacen que sea sencillo optar por este tipo de préstamos cuando se necesita el dinero inmediatamente y no hay tiempo para largos procesos de estudio del caso.
Sin embargo, estos préstamos también tienen varias desventajas. La principal es que son más costosos que otros préstamos. La falta de nómina se compensa con intereses más altos y esto hace que el coste total del préstamo sea más elevado que el de un préstamo similar con nómina.
Otra desventaja es que el riesgo de sobreendeudamiento es alto. Entre la facilidad con la que se conceden y los intereses elevados que tienen, es sencillo llegar a una situación en la que se debe más dinero del que se puede pagar.
Cada entidad puede tener sus requisitos propios, pero hay algunos requisitos básicos que suelen ser comunes independientemente de la entidad.
Ser mayor de edad con DNI/NIE vigente
Tener un número de móvil y una dirección de correo electrónico
Tener una cuenta bancaria propia
Además de esto, varias entidades financieras piden acreditar ingresos recurrentes de alguna forma. Puede ser a través de un justificante de prestaciones o de una extracto bancario.
También es posible otorgarle permiso a la entidad para que consulte tu cuenta bancaria y pueda ver los movimientos que has realizado. Esta consulta suele hacerse a través de empresas seguras de verificación como Kontomatic, Plaid o Tink. Cabe destacar que no les estás dando acceso directo a tu cuenta bancaria. Ellos podrán consultar tus movimientos, pero no podrán realizar operaciones de ningún tipo por ti, por lo que tu dinero está seguro.
Antes de otorgar acceso de consulta a un prestamista, asegúrate de que se trata de una empresa confiable y que están utilizando una plataforma de conexión segura. Si tienes dudas, puedes contactar con el prestamista para conocer más sobre cómo realizan esa verificación.
En el caso de que haya un préstamo que no verifica tus ingresos de ninguna manera, lo más probable es que los intereses sean muy elevados para compensar el riesgo. Si crees que los intereses son razonables o muy bajos, te sugerimos que actúes con cautela, ya que hay cierta posibilidad de que se trate de una estafa.
La entidad financiera con la que solicitaste el préstamo pone a tu disposición los métodos de pago que acepta. Puedes revisar esta información en su página web o contactarlos a través de servicio al cliente.
La cantidad de dinero que puedes pedir varía dependiendo del tipo de préstamo y de tu historial financiero. Por ejemplo, un microcrédito suele tener un máximo de 2.000€, mientras que un préstamo personal puede llegar hasta los 30.000€ o 60.000€ dependiendo de la entidad. Además, el prestamista aprobará o no una cantidad dependiendo de información como, por ejemplo:
Tu tipo de empleo
Tu salario
Si vives alquilado o eres propietario
Cuantas personas viven contigo
Si estás en ASNEF
En general, mientras más estable sea tu empleo y tu salario, mayor será el monto que estén dispuestos a prestarte.
El plazo máximo depende del importe del préstamo y de las condiciones de la entidad prestamista. Algunos préstamos se deben devolver en 7 días y otros, en 7 años. En general, mientras más pequeño sea el importe, menos tiempo habrá para pagarlo. Además, varias de las entidades financieras te permiten elegir el plazo que quieres cuando solicitas el préstamo.
La documentación puede variar entre una entidad y otra, pero generalmente suelen pedir lo siguiente:
DNI/NIE vigente
Justificación de ingresos (nómina, estado de cuenta o declaración de la renta)
Vida Laboral
Algunas entidades solo te piden fotos de ti y de tu documento de identidad, y verifican tus ingresos directamente con el banco donde recibes tu nómina.
Cuando pides un microcrédito, por lo general tu situación laboral es irrelevante o con poca importancia. En cambio para préstamos, en la mayoría de casos los bancos piden que estés percibiendo ingresos regulares, ya que es la única forma de que la entidad pueda estar segura de que vas a devolver el dinero. Los ingresos pueden ser por un trabajo estable, pero también pueden ser por pensión, paro, alquiler de propiedades, etc.
Sí, hay entidades financieras que otorgan préstamos a personas inscritas en ASNEF u otras listas similares. Sin embargo, los intereses de estos préstamos suelen ser más elevados de lo normal.
Si no pagas una cuota a tiempo, es posible que el prestamista te cobre intereses adicionales por retraso y tengas que pagar un importe más elevado. Para evitar esto, es importante que contactes con la entidad y les avises que no vas a poder pagar. Así, podrás negociar una solución con ellos, como extender el plazo del pago, para evitar esos intereses moratorios.
Cuando no aprueban un préstamo, suele ser porque la entidad financiera considera que es demasiado riesgoso prestarte. Las causas más comunes son no tener ingresos estables, solicitar un importe más alto del que puedes devolver, o estar inscrito en ASNEF.
El interés es un porcentaje determinado de un importe. Cuando solicitas un préstamo, la entidad financiera fija una tasa de interés anual que tendrás que pagar adicional al importe del préstamo. Por ejemplo, si tienes un 20% de interés en un préstamo de 1.000€, en total deberás pagar 1.200€.
El tipo de interés varía dependiendo del importe solicitado, el plazo para pagarlo y tu historial crediticio. En general, los préstamos por importes pequeños suelen tener intereses más altos y las personas con mal historial crediticio también suelen obtener préstamos con intereses más elevados.