Un seguro te protege en caso de que ocurra alguna situación cubierta. Por ejemplo, si tienes un seguro de salud, estarás protegido si te enfermas y debes acudir al médico. En Credilemon tenemos los mejores seguros de España para que puedas compararlos en un solo lugar.
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Un seguro es un contrato entre una persona o empresa y una empresa aseguradora. Por medio de este contrato, la empresa aseguradora se compromete a indemnizar daños o aportar una cantidad de dinero, en el caso de que ocurra uno de varios acontecimientos determinados. A cambio, quien contrata el seguro se compromete a pagar una cantidad de dinero mensual o anual.
Tener un seguro es útil porque en el caso de que ocurra una situación inesperada, no tendrás que hacer frente a los gastos asociados a esa situación, sino que la aseguradora los cubrirá por ti. En ese sentido, estar asegurado puede darte tranquilidad y evitar que tus finanzas personales se vean afectadas repentinamente.
Los seguros son un producto complejo que puede resultar confuso, ya que utilizan términos que no se escuchan en conversaciones cotidianas. Te explicamos algunos de los términos más comunes:
Siniestro: es el nombre que se le da a los acontecimientos que cubre la primera. Cuando ocurre un siniestro, la aseguradora debe cubrir los daños o pagar el dinero correspondiente al beneficiario.
Prima: es el precio del seguro que el tomador o asegurado deben pagar para poder acceder al seguro. Suele ser anual, pero también hay empresas que cobran primas mensuales, trimestrales o diarias, dependiendo del tipo de seguro.
Cobertura: es la lista de siniestros que están cubiertos por el seguro. Lo que ocurra debe aparecer en esta lista para poder beneficiarse del seguro.
Asegurado: es la persona a la que el seguro protege. Si a esta persona le ocurre un siniestro cubierto, entonces la aseguradora se hace cargo de los gastos correspondientes.
Beneficiario: es la persona que se beneficia en caso de que ocurra un siniestro. Es quien recibirá el dinero en caso de que el seguro incluya el pago de algún importe.
Tomador: es la persona que contrata y paga por el seguro. Puede o no ser igual al asegurado.
Por ejemplo, si contratas un seguro de salud para tu hijo, tú eres el tomador y tu hijo sería el asegurado. En cambio, si contratas el seguro para ti mismo, entonces serías tanto tomador como asegurado. Por otro lado, si contratas un seguro de vida, tú eres el tomador y el asegurado, y tu hijo sería el beneficiario, ya que recibiría el dinero en caso de tu deceso.
Los seguros se pueden clasificar en 3 grandes grupos dependiendo de qué siniestros cubran y qué sucede cuando ocurre algún siniestro cubierto.
Se trata de seguros que cubren a una persona en caso de siniestros relacionados con su integridad física. Pueden ser:
De salud: Permite acceder a asistencia médica de forma rápida y oportuna. Suele incluir las consultas médicas, los estudios o exámenes, cirugías y hospitalizaciones. Las coberturas exactas dependen del seguro concreto.
De vida: Es un tipo de seguro que pretende garantizar el bienestar del beneficiario, en caso de que la persona asegurada fallezca o resulte inválida permanentemente. Generalmente el beneficiario recibe una determinada suma de dinero como compensación.
De accidentes personales: Cubre a la persona en caso de accidentes, como caerse o que un objeto grande y pesado caiga sobre el asegurado, causando daños.
De dependencia: Cubre a personas que deban tener una persona que los asista por causas físicas o psicológicas.
Estos seguros protegen a un bien determinado, en lugar de a una persona, en caso de que ocurra un siniestro. Los más conocidos son:
De coche: Cubre los siniestros que puedan ocurrir a la hora de conducir, como accidentes o averías. También puede incluir protección ante robos o incendio, por ejemplo.
De hogar: Es un seguro multirriesgo que cubre siniestros asociados a una casa o piso y las personas que lo habitan. Pueden ser siniestros que afecten la integridad estructural de la vivienda, o que afecten los bienes o personas dentro de la vivienda.
De robo: Permite recibir una indemnización en caso de que el objeto asegurado sea robado.
De responsabilidad civil: Cubren los daños que ocurran en el caso de que la persona asegurada sea responsable de los mismos. Por ejemplo, en el caso de que rompas un objeto de propiedad pública, el seguro podría cubrir el coste.
También hay otros seguros como de ingeniería o incendios, aunque no son tan conocidos como los principales mostrados arriba, ya que los seguros de hogar suelen incluir incendios entre sus coberturas, por ejemplo.
Son seguros a través de los cuales la aseguradora le presta un servicio al asegurado, en lugar de aportar una cantidad de dinero. Pueden ser:
De asistencia en viajes: Protege en el caso de imprevistos durante viajes. Generalmente cubren asistencia médica y traslados, pero también podrían cubrir protección de equipajes, regresos anticipados, entre otros.
De decesos: La aseguradora se encarga de todos los trámites necesarios y los gastos funerarios en el caso de que el asegurado fallezca.
De defensa jurídica: El asegurado recibe asistencia jurídica en caso de que lo necesite.
La contratación de un seguro privado suele ser opcional, pero hay ciertos seguros que son de contratación obligatoria:
Seguro de coche: es obligatorio contratarlo para poder circular. Como mínimo debe cubrir a otras personas en caso de que ocurra cualquier siniestro mientras conduces.
Seguro de hogar: es obligatorio solo si adquieres la vivienda a través de una hipoteca. De esta forma, la entidad que concedió la hipoteca tiene la seguridad de que el inmueble está protegido.
Seguro de responsabilidad civil para mascotas: Desde 2023 es obligatorio tener un seguro que cubra a las personas en caso de siniestros relacionados con un perro, gato u otra mascota.
Lo primero es decidir qué o a quién quieres asegurar, ya que esto determinará el tipo de seguro que necesitarás contratar. También deberás decidir qué siniestros necesitas que estén cubiertos para poder evaluar los distintos seguros y ver cuál cubre lo que necesitas.
Cuando estés comparando seguros, tómate el tiempo suficiente para leer toda la información disponible. Es importante que entiendas qué está cubierto, qué no, y cómo puedes hacer uso del seguro en caso de que los siniestros ocurras. Generalmente, mientras más siniestros cubra, mejor; pero también toma en cuenta que los seguros con más cobertura son más caros. Busca encontrar un equilibrio entre lo que necesitas para estar protegido y lo que puedes pagar.
Una vez elijas el seguro, es importante que revises el contrato en detalle antes de firmarlo. Allí podrás encontrar todas las coberturas y beneficios a recibir y todas las situaciones no cubiertas, para que no te tomen por sorpresa. Si estás de acuerdo y firmas, entonces el seguro entraría en vigencia.
La documentación requerida depende del tipo de seguro que vayas a contratar. En general todos te pueden pedir el DNI/NIE y el certificado de empadronamiento. Adicionalmente, si el seguro es de coche, te podrían pedir el permiso de conducir y documentos relacionados con el coche. Por otro lado, si es un seguro para estudiantes, te pueden pedir la matrícula a la universidad.
El periodo de carencia es un tiempo determinado que debes esperar después de haber contratado el seguro para poder disfrutar de algunos de sus beneficios. Por ejemplo, podrías tener que esperar 3 meses antes de poder acceder a consultas con un dentista.
Cuando el seguro no tiene carencias significa que puedes acceder a todos los servicios incluidos inmediatamente después de contratarlo.
El copago significa que el seguro paga parte del servicio y tu pagas otra. Por ejemplo, si quieres ir a consulta con un doctor, tendrás que pagar una pequeña parte del coste del servicio y el seguro se encargará de cubrir el resto. Este pequeño importe que pagas es adicional a la prima que pagaste por contratar el seguro.
Cuando los seguros no tienen copagos, significa que el seguro se hace cargo de la totalidad del pago y tú solo debes pagar la prima.
Sí, para poder circular en el territorio español es obligatorio tener un seguro de coche vigente. Como mínimo el seguro debe cubrir a terceros en caso de accidentes e incluir la cobertura de Responsabilidad Civil. Adicionalmente, puedes contratar seguros que también cubran al conductor y al coche.
Generalmente no es obligatorio tener un seguro de hogar, salvo por dos excepciones. Si tu casa o piso tiene una hipoteca, entonces sí necesitarás un seguro de hogar. También hay contratos de alquiler que exigen tener un seguro de hogar vigente.