El ahorro es la acción de reservar una parte de los ingresos en lugar de gastarlos en el momento. El objetivo del ahorro es poder disponer de este dinero en el futuro, ya sea para financiar un gasto previsto o para hacer frente a emergencias económicas. Por ejemplo, se puede ahorrar para pagar la compra de un coche, o para tener un fondo de emergencias en caso de que ocurra algún accidente.
Con frecuencia se recomienda el ahorro a todas las personas como una forma de tener mayor seguridad financiera. La capacidad de tener cierto dinero ahorrado ayuda a asegurar que los imprevistos futuros no desestabilicen la vida de la persona. Por ejemplo, si una persona no tiene ahorros y repentinamente debe pagar una emergencia médica, es posible que se enfrente con dificultades para pagar el alquiler o para comprar comida. El tener ahorros le permitiría afrontar la emergencia sin poner en peligro sus gastos esenciales actuales.
Por otro lado, en ocasiones se recomienda la inversión como una alternativa “mejor” que el ahorro; sin embargo, en la realidad la mejor opción depende de la persona. El ahorro es guardar dinero y ese dinero está siempre disponible para ti. La inversión ofrece la posibilidad de obtener más dinero a cambio, pero con el riesgo de perder lo que se tiene guardado.
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