Un seguro de coche es una póliza de seguro que protege en caso de accidentes al conducir. Es un seguro obligatorio, incluso si el coche está fuera de circulación por mucho tiempo. En Credilemon te ayudamos a comprar seguros de coches y elegir el que más se adecúe a ti.
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Los seguros de coche son un tipo de póliza de seguro diseñado para proteger a un coche en caso de accidentes. En España es obligatorio contar con un seguro de coche, incluso si el vehículo pasa meses sin movilizarse. Este seguro como mínimo debe cubrir daños a terceros en caso de accidentes, aunque hay pólizas más completas.
Las pólizas de seguros de coche se suelen dividir por niveles, comenzando por una con lo mínimo indispensable para cumplir con la ley y subiendo en el nivel de cobertura hasta llegar a la más completa posible. Los tipos de seguros más comunes son los siguientes:
A terceros básico: Es el seguro mínimo indispensable. Cubre los daños a otras personas y objetos en caso de que estés envuelto en un accidente. No cubre daños a tu coche.
A terceros ampliado: Es una ampliación del seguro anterior que podría proteger tu vehículo parcialmente en determinadas circunstancias. Tu coche no está cubierto si tú eres el causante del accidente.
A todo riesgo con franquicia: Esta es una póliza más amplia que sí protege tu coche completamente en caso de que causes un accidente. “Franquicia” significa que pagas un importe fijo por cada siniestro en el que te veas envuelto y el seguro cubre el coste sobrante.
A todo riesgo sin franquicia: Esta es la póliza más amplia. Tu coche queda completamente cubierto en caso de siniestros y no tienes que pagar nada adicional a la prima.
Mientras más cobertura tenga el seguro, mayor será el coste de la prima a pagar.
Las coberturas de un seguro determinan de qué tipo de siniestros se hace cargo la aseguradora cuando ocurren. Si no se tiene una cobertura particular, los gastos derivados de ese siniestro corren a cargo del cliente, en lugar de la aseguradora.
Estas son las coberturas más comunes que los seguros suelen incluir:
Responsabilidad Civil: Es la cobertura mínima obligatoria. La aseguradora se hace cargo del coste de cualquier daño por accidentes que hayas causado. Cubre tanto daños a lugares y objetos de la vía pública, como daños y lesiones a personas.
Daños propios: Esta cobertura protege tu coche en caso de que causes un accidente. La aseguradora cubriría gastos de reparación y en caso de pérdida total, te reembolsaría el valor del coche al momento del accidente.
Robo: Es una cobertura muy parecida a la de daños propios, pero te protege en caso de robo total o parcial. Se encargaría de cubrir los gastos de reparación del coche y, si este nunca es recuperado, te reembolsaría el valor del mismo.
Incendio: Funciona de forma similar a las dos anteriores, pero por daños derivados de incendios y explosiones. Cubre gastos de reparación y el valor completo del coche en caso de que sea pérdida total.
Lunas: Esta cobertura cubre la reparación y reemplazo de lunas y ventanillas en caso de roturas. Dependiendo del seguro, también podría cubrir el reemplazo de techo solar, si aplica.
También hay otras coberturas adicionales que incluyen los seguros más completos o que puedes elegir añadir como un extra a la póliza que quieras contratar. Algunas de estas coberturas son:
Asistencia en viaje: Te cubre en caso de que tu coche se averíe y ya no puedas continuar con el viaje. Puede cubrir solo la reparación del coche en carretera, o también cubrir los gastos necesarios para que los pasajeros puedan llegar a destino o regresar a su punto de origen.
Asistencia en el extranjero: Algunos seguros ofrecen asistencia dentro de países de la Unión Europea o del espacio Schengen. Para cobertura fuera de estos países, necesitarías el Certificado Internacional de Seguro.
Seguro de conductor: Este seguro te cubre como persona, por lo que se hace cargo de tus facturas médicas si causas un accidente y sales herido. Dependiendo del seguro también es posible tú o tus familiares reciban indemnización por fallecimiento o invalidez permanente.
Defensa jurídica: Esta cobertura se encarga de reclamar por ti daños que hayas sufrido como víctima de un accidente. También te defiende en casos judiciales por accidentes donde hayas sido el causante.
Vehículo de sustitución: La aseguradora cubre los gastos de alquilar un vehículo temporal mientras el tuyo es recuperado o reparado tras un siniestro.
Antes de elegir un seguro, primero tienes que considerar tus necesidades. Piensa en preguntas como:
¿Qué tan seguido vas a conducir?
¿Con cuánta frecuencia tienes que viajar por carretera?
¿Tu coche es nuevo o de segunda mano?
¿Compartes el coche con alguien más?
¿Qué tanta experiencia tienen cada uno de los conductores?
La respuesta a estas preguntas te dará información relevante sobre qué tanto podrías necesitar determinada cobertura. Por ejemplo, si conduces poco y no tienes pensado sacar el coche de la ciudad, entonces tal vez una póliza más sencilla y sin asistencia en viaje sería suficiente. Por otro lado, si compartes el coche con personas que recién están aprendiendo a conducir, puede que un seguro más completo sea mejor opción.
En Credilemon podemos ayudarte a comparar diversas aseguradoras y tipos de seguros para hacer una lista preliminar de aquellos que podrían encajar mejor con tus necesidades.
Una vez hayas elegido el tipo de seguro de coche que mejor se adaptaría a tus necesidades, el siguiente paso es comparar coberturas y precios. Para esto lo mejor es que selecciones algunos seguros y contactes con ellos para obtener un presupuesto.
La prima de los seguros de coche depende de múltiples factores como la provincia en la que vivas, el modelo y año de tu coche y la experiencia que tengas conduciendo, entre otros. Debido a esto, el precio que ves en la página web podría no ser el que tendrás que pagar al final. Una vez tengas los presupuestos, podrás comparar los precios y las coberturas incluídas para ver cuál ofrece mayor valor por el precio más razonable.
Otra cosa que puedes hacer para ayudarte a elegir es buscar opiniones de personas que tengan contratado alguno de esos seguros. Puedes preguntar a tus familiares, amigos y conocidos, o buscar opiniones por internet. Mientras más opiniones positivas tenga un seguro, mejor para ti. Es posible que los seguros con más opiniones positivas tengan un coste más alto, pero no siempre es el caso. Con toda esta información, ya puedes elegir el seguro que tenga las mejores condiciones entre las opciones que tienes, como precio razonable, buen nivel de cobertura y buenos reviews.
La documentación requerida depende del tipo de seguro que vayas a contratar. En general todos te pueden pedir el DNI/NIE y el certificado de empadronamiento. Adicionalmente, si el seguro es de coche, te podrían pedir el permiso de conducir y documentos relacionados con el coche. Por otro lado, si es un seguro para estudiantes, te pueden pedir la matrícula a la universidad.
El periodo de carencia es un tiempo determinado que debes esperar después de haber contratado el seguro para poder disfrutar de algunos de sus beneficios. Por ejemplo, podrías tener que esperar 3 meses antes de poder acceder a consultas con un dentista.
Cuando el seguro no tiene carencias significa que puedes acceder a todos los servicios incluidos inmediatamente después de contratarlo.
El copago significa que el seguro paga parte del servicio y tu pagas otra. Por ejemplo, si quieres ir a consulta con un doctor, tendrás que pagar una pequeña parte del coste del servicio y el seguro se encargará de cubrir el resto. Este pequeño importe que pagas es adicional a la prima que pagaste por contratar el seguro.
Cuando los seguros no tienen copagos, significa que el seguro se hace cargo de la totalidad del pago y tú solo debes pagar la prima.
Sí, para poder circular en el territorio español es obligatorio tener un seguro de coche vigente. Como mínimo el seguro debe cubrir a terceros en caso de accidentes e incluir la cobertura de Responsabilidad Civil. Adicionalmente, puedes contratar seguros que también cubran al conductor y al coche.
Generalmente no es obligatorio tener un seguro de hogar, salvo por dos excepciones. Si tu casa o piso tiene una hipoteca, entonces sí necesitarás un seguro de hogar. También hay contratos de alquiler que exigen tener un seguro de hogar vigente.