El seguro de hogar es un contrato que te protege en caso de daños a tu vivienda o a los bienes que tengas dentro. Hay múltiples tipos y se pueden adaptar a tus necesidades. En Credilemon te ayudamos a comparar los mejores seguros de hogar de España.
Contenido en este artículo
Un seguro de hogar es un contrato mediante el cual una aseguradora se compromete a cubrir los gastos derivados de daños a tu vivienda. El seguro puede cubrir la estructura de la vivienda contra daños, los bienes materiales dentro de la vivienda y a las mascotas y personas que vivan en esta, dependiendo del tipo de seguro que se contrate.
Contratar un seguro de hogar no es obligatorio en la mayoría de los casos, pero sí puede ser recomendable para estar protegido en caso de que ocurra alguna emergencia cubierta. El único casi en el que sí es obligatorio contratar un seguro de hogar es cuando la vivienda está hipotecada. Los bancos suelen requerir la contratación de un seguro al momento de conceder la hipoteca como una forma de proteger su inversión, ya que así garantizan que el inmueble esté protegido si ocurre algo.
Tener un seguro de hogar puede ser muy útil, gracias a las siguientes ventajas:
Estás protegido ante imprevistos, por lo que no necesitas preocuparte tanto de peligros potenciales.
Ahorras tiempo y dinero, ya que si ocurre algo, la aseguradora se encarga de coordinar las reparaciones y cubrir los gastos.
Puedes tener compensación en caso de robos y hurtos, por lo que no tendrás que gastar tanto en reemplazar los bienes perdidos.
Tu familia y tus mascotas también estarán protegidos integralmente, si contratas un seguro que los incluya.
Tendrás atención prioritaria y servicios adicionales en caso de que ocurra algún incidente.
El seguro se puede personalizar según tus necesidades, ya que la mayoría de aseguradoras lo permite.
Una desventaja podría considerarse el hecho de que hay que pagar una prima anual para poder disfrutar de todos los beneficios y, dependiendo del seguro contratado, la prima puede ser elevada. Sin embargo, si ocurre algún siniestro, es posible que el coste de reparaciones y sustituciones termine siendo más elevado que la prima anual.
Los seguros de hogar son productos bastante personalizables, por lo que existen diversos tipos para adaptarse a las necesidades de los clientes.
Vivienda habitual: Es probablemente el tipo de seguro más importante. Suele dividirse en básico, intermedio y avanzado. La póliza básica cubre solo asistencia en vivienda y daños por incendio, inundación y robo. En cambio, una póliza completa podría protegerte incluso fuera de casa, con cobertura de robo y hurto en la vía pública.
Segunda vivienda: Se trata de una póliza que podría serte útil si tienes más de una vivienda. Como no es tu residencia habitual, es posible que no necesites tantas coberturas. Por ello, las aseguradoras hacen pólizas más económicas con varios niveles para adaptarse a lo que necesites.
Para propietarios: Este tipo de pólizas sirve si quieres alquilar tu vivienda a otras personas. Suele tener coberturas similares a las de otros tipos de seguro, pero también cubre daños a la propiedad ocasionados por el inquilino.
Para inquilinos: Esta es una póliza que protege exclusivamente los bienes del inquilino. También suele cubrir responsabilidad social, por lo que cubre daños a la vivienda causados por el inquilino. Generalmente las aseguradoras solo cubren viviendas de contrato indefinido y que no tengan alquiler compartido con otras personas.
Para pisos turísticos: Es un seguro similar al seguro para propietarios, pero especialmente diseñado para cubrir daños ocasionados por turistas. Algunas plataformas de alquiler turístico ofrecen un seguro propio, pero también es posible contratar uno a través de aseguradoras.
Impago de alquiler: Se trata de una póliza que cubre el descubierto en caso de que el inquilino no pague el alquiler; además, suele cubrir defensa jurídica en caso de que se deba llevar el caso a tribunales.
Además de todos estos tipos, es posible que la aseguradora permita hacer ciertos cambios o contratar coberturas adicionales para que la póliza que termines contratando sea perfecta para tu situación.
Las coberturas más comunes en España son:
Daños por agua como fugas, roturas, filtraciones o inundaciones
Daños por incendios, explosiones o fenómenos eléctricos
Daños por robo, hurto o atraco. Puede cubrir tanto la vivienda como los objetos perdidos en el incidente. Dependiendo del seguro también podría cubrir fuera de la vivienda, no solo dentro de esta.
Rotura de cristales, loza sanitaria y vitrocerámica
Responsabilidad civil, la cual te protege en caso de que terceros reclamen por daños ocasionados por ti.
Daños estéticos en la vivienda y reconstrucción de jardín, en caso de que tengas uno.
Asistencia para reparaciones y urgencias domésticas. También puede cubrir proyectos de bricolaje y reformas.
Protección jurídica y defensa legal en caso necesario
Asistencia informática y digital, protección de aparatos electrónicos como ordenadores, consolas, etc.
Protección en caso de inhabitabilidad de la vivienda tras un siniestro
Un seguro básico probablemente incluya las primeras coberturas hasta Responsabilidad civil. El resto de las coberturas están incluídas en pólizas intermedias o completas. Además, si la aseguradora ofrece otros tipos de seguro además del seguro de hogar, es posible que puedan incluír asistencia médica para tu familia y mascotas como parte de una póliza completa, por ejemplo.
El continente y contenido son dos conceptos muy importantes a la hora de contratar seguros, pero que pueden resultar confusos, ya que suenan muy similar. Sin embargo, no son tan complicados de diferenciar.
El continente se refiere a la vivienda en sí y las coberturas que lo incluyen suelen enfocarse en daños estructurales de la vivienda. Por ejemplo, agujeros en el techo, cristales rotos, fisuras en las paredes, etc.
El contenido se refiere a todos los bienes que existen dentro de la vivienda. Por ejemplo, muebles, electrodomésticos, menaje del hogar, joyas y pinturas, etc. Dependiendo del seguro, aquí también pueden estar incluídas las mascotas. Cada seguro suele tener un valor máximo que cubrirán en caso de que tengas bienes de alto valor. Las coberturas sobre el contenido suelen enfocarse en compensar económicamente la pérdida para que el bien pueda ser reemplazado.
Los seguros completos siempre incluyen cobertura tanto del continente como del contenido. Los seguros intermedios y básicos también cubren ambos, pero podrían establecer limitaciones sobre los tipos de cobertura para cada uno y los límites máximos de reembolso.
La documentación requerida depende del tipo de seguro que vayas a contratar. En general todos te pueden pedir el DNI/NIE y el certificado de empadronamiento. Adicionalmente, si el seguro es de coche, te podrían pedir el permiso de conducir y documentos relacionados con el coche. Por otro lado, si es un seguro para estudiantes, te pueden pedir la matrícula a la universidad.
El periodo de carencia es un tiempo determinado que debes esperar después de haber contratado el seguro para poder disfrutar de algunos de sus beneficios. Por ejemplo, podrías tener que esperar 3 meses antes de poder acceder a consultas con un dentista.
Cuando el seguro no tiene carencias significa que puedes acceder a todos los servicios incluidos inmediatamente después de contratarlo.
El copago significa que el seguro paga parte del servicio y tu pagas otra. Por ejemplo, si quieres ir a consulta con un doctor, tendrás que pagar una pequeña parte del coste del servicio y el seguro se encargará de cubrir el resto. Este pequeño importe que pagas es adicional a la prima que pagaste por contratar el seguro.
Cuando los seguros no tienen copagos, significa que el seguro se hace cargo de la totalidad del pago y tú solo debes pagar la prima.
Sí, para poder circular en el territorio español es obligatorio tener un seguro de coche vigente. Como mínimo el seguro debe cubrir a terceros en caso de accidentes e incluir la cobertura de Responsabilidad Civil. Adicionalmente, puedes contratar seguros que también cubran al conductor y al coche.
Generalmente no es obligatorio tener un seguro de hogar, salvo por dos excepciones. Si tu casa o piso tiene una hipoteca, entonces sí necesitarás un seguro de hogar. También hay contratos de alquiler que exigen tener un seguro de hogar vigente.